Según
la definición de la OACI, es un «Aerodino propulsado por motor, que debe su
sustentación en vuelo principalmente a reacciones aerodinámicas ejercidas sobre
superficies que permanecen fijas en determinadas condiciones de vuelo.
Pueden
clasificarse por su uso como aviones civiles (que pueden ser de carga,
transporte de pasajeros, entrenamiento, sanitarios, contra incendios, etc.) y
aviones militares (carga, transporte de tropas, cazas, bombarderos, de
reconocimiento o espías, de reabastecimiento en vuelo, etc.).
También
pueden clasificarse en función de su planta motriz; aviones propulsados por
motores a pistón, motores a reacción (turborreactor, turborreactor de doble
flujo, turbohélice, etc.) o propulsores (cohetes).
Su
principio de funcionamiento se basa en la fuerza aerodinámica que se genera
sobre las alas, en sentido ascendente, llamada sustentación. Esta se origina
por la diferencia de presiones entre la parte superior e inferior del ala,
producida por la forma del perfil alar.
Estructura
Avión
supersónico Concorde.
Los
aviones más conocidos y usados por el gran público son los aviones de
transporte de pasajeros, aunque la aviación general y la aviación deportiva se
encuentran muy desarrolladas sobre todo en los Estados Unidos. No todos los
aviones tienen la misma estructura, aunque tienen muchos elementos comunes. Los
aviones de transporte usan todos una estructura semimonocasco de materiales
metálicos o materiales compuestos formada por un revestimiento, generalmente de
aluminio que soporta las cargas aerodinámicas y de presión y que es rigidizado
por una serie de elementos estructurales y una serie de elementos
longitudinales. Hasta los años 30 era muy frecuente la construcción de madera o
de tubos de aluminio revestidos de tela.
Las
estructuras de los aparatos de aviación ligera o deportiva se hacen cada vez más
de fibra de vidrio y otros materiales compuestos.
Los
principales componentes de los aviones son:
Superficies
de sustentación
Una
superficie de sustentación es cualquier superficie diseñada para obtener una
fuerza de reacción cuando se encuentra en movimiento relativo con respecto al
aire que la rodea, dos ejemplos de superficies de sustentación son las alas de
los aviones o la hoja de una hélice.
Alas
Ala
de un Airbus A320.
Las
alas, constituidas por una superficie aerodinámica que le brinda sustentación
al avión debido al efecto aerodinámico, provocado por la curvatura de la parte
superior del ala (extradós) que hace que el aire que fluye por encima de esta
se acelere y por lo tanto baje su presión (creando un efecto de succión),
mientras que el aire que circula por debajo del ala (que en la mayoría de los
casos es plana o con una curvatura menor y a la cual llamaremos intradós)
mantiene la misma velocidad y presión del aire relativo, pero al mismo tiempo
aumenta la sustentación ya que cuando este incide sobre la parte inferior del
ala la contribuye a la sustentación, fuerza que contrarresta la acción de la
gravedad.
Las
partes más importantes de un ala son:
a)
Borde de ataque. Es la parte del ala que encara al viento cuando el avión se
encuentra en vuelo, normalmente tiene una forma redondeada.
b)
Borde de salida. Es la parte trasera del ala y es la última sección que pasa a
través del aire, su forma normalmente es delgada y aplanada.
c)
Comba. Es la curvatura de un ala, va desde el borde de ataque hasta el borde de
salida.
Características
del avión:
Las
performances del avión dependerán del motor que lleve, pero aquí están los datos según el Manual de la
Aeronave, los cuales se han obtenido con un motor VW de 65cv.
Peso
en Vacío: 230 kg
Peso
max. al Despegue: 450 kg
Carga
útil: 220 kg
Factor
de Carga: 5,7 g
Motor:
VW de 65cv
Velocidad
Max.: 190 km/h
Velocidad
de Crucero: 160 km/h
Velocidad
Mínima: 65 km/h
Velocidad
de Ascenso: 690 ft/min
Distancia
de Despegue: 250 m
RIESGOS
DE VOLAR EN UN AVION:
Todos
los que vuelan muy a menudo en avión saben que la aeronáutica es una manera
abrumadoramente segura de trasladarse. Mucho más segura que cualquiera de sus
alternativas.
Aún
así, cuando ocurre un accidente como el de esta semana de Air France, los
viajeros frecuentes sentimos un estremecimiento ante el drama monstruoso que se
genera en la improbable situación en que algo (o más bien todo) sale mal (el
post anterior pareció profético, no?).
Para
hacer las cosas más complicadas, pese a que siempre se dijo que las
turbulencias y los rayos no pueden hacer daño alguno a un avión, algunos los
mencionan como posibles causas de esta caída. Cada vez que toca enfrentar
turbulencias muy violentas o volar dentro de tormentas eléctricas, los viajeros
siempre encontramos consuelo en ese axioma de que “son desagradables pero
inofensivas”. Eliminar ese supuesto haría
que muchas personas tengan mucho más miedo de volar. Y Martín con estos posts
mete miedo también!
Pese
a que manejar un auto es estadísticamente mucho más riesgoso que volar, todos
nos sentimos más seguros al volante de un auto. Esto es producto de dos efectos
psicológicos muy interesantes:
-
por un lado, el sesgo cognitivo llamado “Ilusión de Superioridad” (link en
inglés, si alguien lo encuentra en español pase el dato): la gran mayoría de
las personas creemos ser superiores a la media en la mayoría de las
habilidades.
Específicamente,
un estudio realizado años atrás en Estados Unidos a automovilistas mostró que
93% de las personas dicen tener habilidades conductivas superiores al promedio.
Este efecto es también conocido como el “Better-than-average effect” o “Lake
Wobegon”. Es obvio que si la media es el promedio de la población,
aproximadamente la mitad de la gente debería estar por encima y la mitad por
debajo.
En
una nota simpática, estudios también demuestran que el propio hecho de creerse
mejor que los demás también está sujeto a este efecto. Un efecto llamado “Punto
ciego al prejuicio” muestra que la mayoría de las personas creen que los demás
se creen mejores que la media PERO ELLOS NO!
-
El otro efecto está emparentado con el sesgo cognitivo conocido como “Ilusión
de Control”: el hecho de que manejando seamos nosotros los que conducimos,
mientras que en el avión dependemos de otros, nos hace sentir más seguros, pese
a que las probabilidades no nos acompañen.
Ante
esto, yo creo que no hay otro refugio que tratar de, desde la racionalidad más
extrema, recurrir a las estadísticas en busca de tranquilidad. La página de
internet Airsafe es uno de los mejores recursos para los análisis del riesgo de
volar. Entre otras cosas, no sólo muestra cuán abrumadoramente seguro es volar,
sino que nos permite comparar las tasas de accidente de las diferentes
aerolíneas (Latinoamérica acá), así como también el riesgo de diferentes
modelos de aviones.
Esta
página incluye también una guía (en inglés)
que ayuda a superar el miedo a volar para aquellas personas que lo
sufren.
Para
cerrar con una nota más relajada, les cuento que en la época del boom puntocom
existió un site que se llamaba AmIGoingDown.com (algo así como
“SeráQueMeVoyAEstrellar.com”) que dados los datos de lugar de salida, llegada,
hora, clima, etc de tu vuelo te decía, mitad en serio mitad en chiste, la
probabilidad exacta de que tu avión se caiga. Cerró en el 2001 pero como
siempre el Wayback Archive tiene una copia por si quieren verlo y usarlo.
Por
último, inserto acá dos videos de aviones que me resultaron impactantes:
-
Un aterrizaje en la isla de Saint Marteen, donde hay una playa en la punta de
la pista y el avión pasa a “centímetros” sobre la cabeza de los turistas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario